El 8 de noviembre de 1519 Moctezuma II recibió a Hernán Cortés (y sus cerca de 1.000 soldados) a las puertas de Mexico-Tenochtitlán, capital del Imperio Mexica. Creyendo que se trataba de un enviado del dios Quetzalcoatl y a pesar de la reticencia de los habitantes de la ciudad, Moctezuma le invitó a hospedarse en el centro de la ciudad; facilidad que no tardó en aprovechar Cortés para apresar al gobernante mexica y así cubrirse las espaldas ante la precaria situación de los españoles en la ciudad. Tiempo después, Cortés abandonaba temporalmente la ciudad junto a trescientos soldados para enfrentarse a Pánfilo de Narváez por cuestiones que, de momento, se alejan de esta historia (pero las podéis leer aquí).
Cuentan las crónicas que los españoles, comandados temporalmente por Pedro de Alvarado, se sintieron amenazados, y aprovecharon una fiesta como pretexto para matar a una serie de nobles fieles a Moctezuma; el pueblo se revolvió y los españoles hicieron que el gobernante apresado hablase a los mexicas desde la azotea para tratar de calmar la revuelta. Lejos de calmarse, el pueblo azteca reaccionó con furia al ver que el emperador se ponía del lado de los españoles; esa furia, proyectiles mediante, derribó a Moctezuma, quien se cuenta que moriría poco después en circunstancias no del todo claras.
A partir de entonces, y ya con Cortés de vuelta en Tenochtitlán, los españoles se vieron sitiados en sus dependencias de la ciudad: con reservas limitadas de agua y comida, su situación comenzó a volverse… complicada. Hasta el 30 de junio de 1520.
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México-Tenochtitlán y el principio de prioridad
La ciudad de Mexico-Tenochtitlán se localizaba en un islote del lago Texcoco (hoy en desaparición), en algún punto de la actual Ciudad de México. Y es en bosques de galería en zonas así: pantanos, bordes de ríos y zonas húmedas, donde se encuentra el ahuehuete: Taxodium mucronatum Ten. También conocido como «árbol viejo de agua», se trata de una especie descrita por Michele Tenore en 1853 (de ahí el «Ten.» que acompaña al nombre). En la actualidad la situamos en la familia Cupressaceae junto a otras gimnospermas como cipreses, tejos y enebros.
La distribución natural del género Taxodium Rich. comprende desde el sur de Estados Unidos hasta Guatemala, y está presente en prácticamente todos los estados de México; además ha sido plantado en diferentes países de otras regiones del Planeta como ornamental: Australia, Argentina, China, España o Reino Unido, entre otros.
Otra especie, morfológicamente muy parecida al ahuehuete, completa el género: el ciprés de los pantanos, Taxodium distichum (L.) Rich. Son tan parecidas que sólo varían en la cutícula, en el tamaño de los conos y en el momento en que se desprenden de sus hojas. Los estudiosos de las coníferas se inclinan por considerarlas como variedades de una única especie, dado que estas mínimas diferencias no permitirían considerarlas como especies independientes.
En base al principio de prioridad que rige la taxonomía botánica, el nombre que prevalece es el primero válidamente publicado; en este caso, L.C. Richard describió Taxodium distichum en 1810, cuarenta y tres años antes de que Tenore hiciera lo propio con T. mucronatum.
Siguiendo el criterio experto y en base a este principio, los especialistas explican que deberíamos considerar una única especie, Taxodium distichum, con tres variedades:
- Taxodium distichum var. distichum L.Richard, en el sureste de Estados Unidos,
- T. distichum var. imbricarium (Nuttall) Croom, también en el sureste de Estados Unidos, y
- T. distichum var. mexicanum (Carrière) Gordon, en México y norte de Guatemala.
Sin embargo la actitud predominante es tratarlas como dos especies diferentes y no aplicar el criterio taxonómico actual. ¿Por qué no se aplica dicho criterio? ¿Por qué seguimos tratando a las variedades como especies diferentes? ¿Tiene Hernán Cortés algo que ver con esto?
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30 de junio de 1520.
Era medianoche cuando Hernán Cortés dio la orden de abandonar el palacio en absoluto silencio y partir hacia Tlacopan (Tacuba, en el límite noroeste del actual Distrito Federal). Pero, para su desgracia, no fueron todo lo silenciosos que debían y les descubrieron mientras salían de la ciudad (aunque se sospecha que ya les estaban esperando). En poco tiempo los guerreros aztecas rodearon a los españoles que, desconcertados, sucumbieron al ataque sorpresa. Los españoles fueron muy diezmados: Hernán Cortés perdió a cerca de 700 de sus hombres, más entre 2.000-8.000 aliados tlaxcaltecas, además de un gran número de caballos, piezas de artillería y gran parte del tesoro que transportaban. Sólo al llegar a Tlacopan comprendió la dimensión de la derrota sufrida.
Cuentan las crónicas que, al amanecer, encontraron a Cortés llorando la derrota sufrida bajo un ahuehuete en el camino de Popotla. Francisco López de Gómara (1511-1566), en su Historia general de las Indias, relata así el final de la triste noche para los españoles:
«..Cortés a esto se paró, y aun se sentó, y no a descansar, sino a hacer duelo sobre los muertos y que vivos quedaban, y pensar y decir el baque la fortuna le daba con perder tantos amigos, tanto tesoro, tanto mando, tan grande ciudad y reino; y no solamente lloraba la desventura presente, mas temía la venidera, por estar todos heridos, por no saber adónde ir, y por no tener cierta la guardia y amistad en Tlaxcala; y, ¿quién no llorara viendo la muerte y estrago de aquellos que con tanto triunfo, pompa y regocijo entrado habían?…»
La carga cultural que sostiene esta planta, el ciprés de Moctezuma, y el hecho de ser una especie endémica de México presente además en casi todos los estados, han hecho que, desde 1921, sea considerado el árbol nacional mexicano. Y es precisamente por eso que se mantienen como especies separadas, aun cuando las evidencias morfológicas y moleculares dictan lo contrario, conservando el nombre tradicionalmente más utilizado en favor de la historia.
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Por cierto, un dato curioso para terminar: el árbol conocido con el mayor diámetro de tronco del Planeta es un ahuehuete. Se conoce como árbol del tule, por encontrarse junto a la iglesia de Santa María del Tule (Oaxaca, México), y éstas son sus medidas: más de 40 metros de altura, algo más de 11 de diámetro y al menos 36 de circunferencia. Su edad se estima en torno a 2000 años, ¡nada despreciable para un ser vivo!
Podéis completar información sobre el ahuehuete aquí y aquí. Y aquí podéis escuchar la canción que motivó este post, dedicada al árbol de la noche triste.
Ficha:
Nombre científico: Taxodium distichum (L.) Rich. var. mexicanum Gordon (= Taxodium mucronatum Ten.)
Familia: Cupressaceae Gray
Nombres comunes: ahuehuete, sabino, Montezuma cypress, penhamu, pentamon, yucu-ndatura.
Etimología: del náhuatl “āhuēhuētl”. alt = agua y huehuetl, viejo: “árbol viejo de agua”.
Biotipo: fanerófito (árbol).
Distribución: desde el sureste de Estados Unidos hasta México y norte de Guatemala.
Estado de conservación: preocupación menor.
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Nota: los vídeos que aparecen en esta entrada forman parte del documental La Noche Triste, un proyecto original realizado en 2003 por Hugo Quejido y Rudy Mercado, con música original de Gerardo Ramos y la participación del historiador Pablo Martín Gómez.
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